En la última década, El Salvador ha experimentado una transformación significativa en términos de seguridad, un cambio que ha sido clave para modificar la percepción internacional del país, históricamente reconocido por su violencia. Entre 2015 y 2023, El Salvador pasó de tener una de las tasas de homicidio más altas del mundo, con 103 homicidios por cada 100,000 habitantes, a una cifra histórica de solo 7 por cada 100,000 en 2023. Este descenso es un testimonio del éxito de las políticas de seguridad implementadas por el gobierno de Nayib Bukele, que han logrado reducir la violencia de manera dramática.
“La tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes, es de 2.4 y el promedio diario de homicidio anual, es de 0.4, esto nos coloca, a nivel de América, en el segundo país y el primero de Latinoamérica; con la tasa más baja de homicidios, apenas por debajo de Canadá, que cerró con 2.25 homicidios por cada 100 mil habitantes” destacó el Ministro de Seguridad Lic. Gustavo Villatoro.
Este cambio ha sido fundamental para mejorar la percepción global de El Salvador, especialmente en el ámbito de los negocios. Históricamente, el país fue visto como una de las zonas más peligrosas para invertir en América Latina. Sin embargo, la notable reducción de la violencia ha hecho que, poco a poco, se considere como un lugar más seguro para el desarrollo empresarial y la inversión extranjera.
El reconocimiento internacional de estos avances también ha sido clave. El Departamento de Estado de Estados Unidos ha mejorado su alerta de viaje a El Salvador, reduciéndola de nivel 3 a nivel 2, debido a una notable disminución en los homicidios y una significativa reducción de las actividades delictivas relacionadas con grupos delictivos. Para octubre 2024, según el indicador global, El Salvador se ubica en el puesto 8 a nivel mundial de los países más seguros según “Law and Order Index Scores”. El 88% de la población afirma sentirse segura de salir a caminar de noche y solo. Además, organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han elogiado específicamente los esfuerzos del país en la reducción de la violencia y el fortalecimiento de la seguridad pública.
Aunque El Salvador aún enfrenta desafíos, la notable mejora en la seguridad ha sido un factor clave para cambiar la narrativa del país. Con una tasa de homicidios históricamente baja y un entorno más seguro, El Salvador está emergiendo como un destino cada vez más atractivo para los inversionistas, ofreciendo una nueva perspectiva para aquellos que anteriormente dudaban en considerar el país como una opción viable para sus negocios.
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